La comarca del Andévalo esconde verdaderos tesoros gastronómicos, y sus dulces tradicionales son una muestra perfecta de ello. Cada receta cuenta una historia y evoca la esencia de nuestra tierra, con sabores únicos que se han conservado de generación en generación.
Entre nuestros imprescindibles se encuentran los crujientes pestiños, las delicadas milhojas, las dulces hojuelas, los famosos gañotes, los suaves buñuelos de viento, y los curiosos «engañamaridos». También saben a dulces como las tradicionales rosas o los característicos roscos de puño, que en el Andévalo se preparan con un toque especial que los hace incomparables.
Estos dulces, hechos con ingredientes sencillos pero llenos de tradición y cariño, son invitaciones irresistibles a descubrir el lado más dulce del Andévalo.
¿Te animas a probarlos? Ven y disfruta de estos sabores que nos conectan con nuestras raíces y representan el alma de nuestros pueblos